Querida Familia, un saludo muy cordial.
En medio de este final de curso académico en el que aparentemente se centra todo en la conclusión de un curso, la evaluación y la recogida de notas; nada más lejos de la realidad.
Quizás una de las experiencias más difíciles de valorar y de expresar es precisamente la “Gratitud”. Se trata posiblemente de una de las emociones que experimentamos personalmente, el agradecimiento, que no puede ni debe quedarse en “pura palabrería”.
Hay sentimientos, emociones que deben traducirse en gestos, acontecimientos y opciones concretas. De lo contrario, siempre quedará la sombra de la duda sobre su autenticidad.
En nuestro caso, como antiguos alumnos receptores de la educación de los Salesianos en cualquiera de sus ámbitos, estamos llamados especialmente a vivir esta gratitud. Agradecimiento que no se queda ahí, en lo personal.
Lo trasladamos a otros campos de la vida y de la Familia Salesiana.
Creo que es una buena cosa, una buena iniciativa y por tanto el camino adecuado por el que transitan esta Asociación cuando reconoce, nombra y agradece a personas concretas su presencia en la Casa y su aportación vital a lo que es la Identidad Carismática.
Al fin y al cabo, es en el seno de la Familia donde se deben decir y mostrar lo que realmente importa. Gracias por tanto trabajo realizado, por tan buen servicio a todos y cada uno de los que conforman este “pilar” fundamental de nuestra presencia en la Ciudad de Cádiz.
No acabo sin antes aplicarme precisamente en estas palabras que acabo de decir y muestro mi más sincero agradecimiento por el servicio concreto que nuestro buen amigo y miembro querido de nuestra Familia Espiritual ha realizado en estos años como Presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos. Me estoy refiriendo efectivamente a Juan Juliá Bayón. Que María Santísima con su Manto de Auxilio y Consuelo premie en la intimidad de un servicio bien hecho, tanto desvelo y trabajo constante. Gracias amigo Juan!!
Marco A. Vázquez Fernández, SDB Director
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