El querido y recordado D. Viganó, séptimo sucesor de D. Bosco, acuñó aquello de “El Don Bosco del siglo XX es la Familia Salesiana”.
En nuestro siglo XXI tendríamos que enmarcar la frase en letras de bronce, cuando menos. Es la realidad a la que vamos encaminados.
Y es que los valores que aletean bajo los grupos que la constituyen y que dan forma a la trayectoria que nos es común, así lo dejan ver, cada día con más incidencia.
El sentido de “familia” (siempre se habló del “espíritu de familia” en nuestros ambientes desde el tiempo de Don Bosco) forma parte de un patrimonio común que, de no existir, nuestras realidades, nuestras obras, ni tendría sentido, ni existirían.
Junto a la comunión, en la que tendremos que seguir avanzando dado el grado de individualismo existente en nuestra sociedad, forman el “tándem” original y propio de nuestro “ser salesiano”.
Es contenido y estilo a la vez que contrasta severamente con el modo de actuar y hacer del “oficialismo”. Las cosas son inertes. Sólo el espíritu y la unción de quienes las llevan a efecto hacen posible que las realidades casi nos hablen y nos arropen cuando nos hacemos presentes en ellas.
Espíritu de familia y comunión entre las personas y los grupos. Es la base. Sobre ella podrán venir proyectos, ideas, realidades actualizadas a la situación y condición juvenil por estrenar… sin miedo al fracaso.
La cercana Fiesta de Don Bosco será un impulso más … Ahí tendremos que estar los AA.AA.
BUENOS DÍAS, BUENAS TARDES, BUENAS NOCHES NOS DE DIOS
José Manuel Pozas Murcia, SDB. Delegado
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