Nos habrá asaltado en alguno de los muchos momentos de soledad e intromisión personal durante los días del confinamiento: descubrir la grandeza y la belleza de la vida…Ver cómo se debate por persistir a pesar del saber de la existencia del virus, de éste que nos es tan familiar y de tantos otros que pululan en los ambientes y en las idas y venidas de quienes formamos este “santo engrudo” que denominamos “relaciones personales y sociales”.
El encuentro de aquel grupo con Don Bosco el 24 de junio de 1870 supuso para todos ellos un echarse a la cara la alegría de la vida convertida en sentimiento fraterno y agradecido.
Todo Antiguo Alumno ha heredado de aquel grupo, de aquella fecha, de aquel tándem orquestado entre Don Bosco y sus chicos ya adultos, el amor y la pasión por la vida, que no es sólo profesión, que no es sólo estado, que no es sólo trayectoria social…sino que además es conectar con la chispa que nos traslada a la esfera de los sentimientos más nobles que fuimos capaces de descubrir en su día y que persisten y afloran en el encuentro, en el contraste de lo que hacemos y en el esfuerzo conjunto cuando entramos en “onda salesiana”.
Amar la vida, en definitiva, lo que es y lo que la hace posible en “modo precede y guía”, que es lo que significa el latín de nuestro emblema, aludiendo a la presencia constante y afable de Don Bosco.
Y amar la vida es amar y estar al lado de las personas…
BUENOS DÍAS, BUENAS TARDES, BUENAS NOCHES NOS DE DIOS
José Manuel Pozas SDB. Delegado
No hay comentarios:
Publicar un comentario