LA VIRGEN DE “CUANDO LA O”.
Me explico: Junto a la Solemnidad de la Inmaculada, otras “memorias” o fiestas marianas se asoman al Calendario Litúrgico de este tiempo: la fiesta de la Virgen de Guadalupe en Méjico, solapada en este año por coincidir con el tercer domingo de Adviento, Nuestra Señora de Loreto el 10 de diciembre, nuestra Señora de la Esperanza, el 18, además de toda una sucesión de evangelios de los días que van del 17 al 24 del mes de diciembre, resultado de un detenerse espiritualmente en el Canto de María (el “Magníficat”), para así prepararse evangélicamente para el acontecimiento más importante de todos los siglos y que recordamos en la madrugada del 24 al 25, solemnidad de la Navidad.
Aún así, se me queda en el tintero un “apunte” que habla de cómo el pueblo, desde tiempo inmemorial, hace suyas las conmemoraciones y las hace pasar por el tamiz sabio de la experiencia, para agregarlas al patrimonio que le es propio. Una conmemoración, que casi pasa de puntillas por los casilleros del calendario, la del 18 , Fiesta de nuestra Señora de la Esperanza (de la “Buena Esperanza”, en realidad) que en su coincidencia con las ferias del Octavario anterior al Nacimiento de Jesús, cede su impronta mariana al primer plano litúrgico de los días que se distinguen por el “Oh” de admiración ante lo que se avecina, en forma de Antífona mayor.
Pero el pueblo nunca deja pasar una memoria mariana así como así. María de la Esperanza es muy del pueblo por muchas antífonas mayores y muchos “oh” que puedan desviar la festividad. Y así, a Santa María de la Esperanza se le denominó, se le denomina y se le denominará como “María de cuando la “Oh”.” María de la O”.
Es como llevar a María Auxiliadora en la cartera. Con cartera o sin ella a María, aún desde la respetabilidad de la Liturgia, no se le quita el sitio.
BUENOS DÍAS, BUENAS TARDES, BUENAS NOCHES NOS DE DIOS
José Manuel Pozas Murcia, SDB. Consiliario
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