PALABRAS DEL DELEGADO

Título precioso el que un amigo de todos nosotros, D. Antonio Mª Calero, da a uno de sus escritos marianos: “MARÍA, TEMPLO POR SER MADRE”.

El ser habitada por Dios de forma singular parte del hecho de ser Madre de Jesús para luego, por expreso deseo del Hijo, Jesús agonizante en la Cruz, ser Madre de todos.

Perdidos entre las idas y venidas de nuestra propia historia personal, María, a pesar de los pasos atrás, de las incertidumbres consentidas, nos espera con su maternidad como cobijo y refugio. En realidad siempre tendremos necesidad del amparo de la maternidad para devolvernos la dignidad de hijos cuando perdemos el rumbo.

María es la maternidad para siempre: es el calor acogedor ante el frío de los números sin alma en que a veces nos desenvolvemos. Es la pausa enriquecedora donde el afecto de madre nos devuelve los bríos ante el silencio de nuestros propios pasos…

Hablamos de la Auxiliadora, la que Don Bosco escogió para sentir siempre a nuestro lado el susurro cariñoso de la Maternidad de María que nos devuelve la ilusión primera y la alegría de sentir su paso en sintonía con el nuestro.

Ahí siempre estará Ella, haciéndolo todo más azul celeste y más diáfano. La Auxiliadora.

José Manuel Pozas S.D.B. Consiliario.

BUENOS DÍAS, BUENAS TARDES, BUENAS NOCHES NOS DE DIOS

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