¿SABÍAS QUE…

En la Fiesta de la Unión de 1964 se nombró socio predilecto de nuestra asociación a Don Cesáreo López Chouzas?

La fiesta se celebraba el 7 de junio y una vez acabada la Misa, los antiguos alumnos se trasladaron al salón de recreo del centro de los AA.AA. donde se reunieron en asamblea general, presidida por el Sr. director de la Casa, el Sr. consiliario de la Asociación y el Sr. presidente.

Entre los puntos más destacado de la misma, estaba la entrega del título de “Socio Predilecto” a don Cesáreo López Chouzas.


“El Sr. Presidente tomó la palabra para resaltar los méritos contraídos por el homenajeado, que desde la fundación de la Asociación de AA.AA. se dedicó por en-tero a ella, pasando por diversos cargos de su junta directiva, poniendo siempre todo su empeño en el engrandecimiento de la misma, cuyos resultados fueron recogidos por todos aquellos le sucedieron, hasta llegar al momento actual.

El Sr. director hizo entrega de un diploma con el nombramiento de “socio predilecto” y el Sr. López Chouzas en sentidas palabras dio las gracias por esta distinción que no merece y que si bien es cierto que puso de su parte para la prosperidad de la Asociación, lo hizo llevado siempre por el cariño que la misma le merece. Al final una salva de aplausos rubricó el acto.” (Libro de Actas. AA.AA. Salesianos de Cádiz. Pág. 114. 1961-1967)

El día 5 del mes de diciembre, fallece D Cesáreo y en la revista “Nuestro Auxilio” de diciembre se le recordaba de esta manera:

“NUESTRO RECUERDO”

“El día 5 del corriente recibía cristiana sepultura, el que hasta esa fecha había venido desempeñando el cargo de vicepresidente de nuestra Asociación de Antiguos Alumnos, DON CESAREO LOPEZ CHOUZA.

En verdad la Asociación ha perdido uno de sus más firmes puntales, y nosotros, sus numerosísimos amigos, un hombre que era asequible a todo lo bueno, a todo lo que representaba ayudar al prójimo y que compartía de corazón nuestras penas y alegrías.

No existía en él nada que no estuviera dentro del más puro espíritu cristiano; por eso al dejar en nuestra revista constancia de nuestro sentido dolor, no podemos por menos que expresar nuestra admiración por sus altísimas dotes personales que muchos le envidiábamos, porque sabiéndose roído por una gravísima y dolorosa enfermedad, jamás exteriorizó una queja ni nos lo dio a entender; seguía acogiéndonos con aquella su cariñosa sonrisa que rezumaba bondad y en ningún momento mostró enfado o pena por verse privado de la vida normal que hacíamos los demás.

Algunos, que sabíamos la gravedad de su enfermedad, hicimos y ofrecimos sacrificios por él, y en ningún momento dejamos de tenerlo presente en nuestras oraciones, y así será mientras podamos, porque en nosotros ha dejado un recuerdo imborrable.

No cabe en esta breve necrológica, todo el afecto, todo el cariño y toda nuestra admiración por él, y sólo nos queda seguir encomendándole a Dios, para que lo acoja en su infinita misericordia. Amén.” (Nuestro Auxilio. Órgano de la obra Salesiana en Cádiz. Nº 332. Diciembre de 1964.)


Cristóbal Sánchez León

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