SAL Y LUZ... TODOS LOS DÍAS.

Pasado mayo, con todo lo que salesianamente supone, afrontamos la cuesta de Junio (una cuesta para abajo), con el verano en el punto de mira. Hasta hemos de alertar a los chicos en el colegio para que sigan esforzándose hasta el final de curso.

Parece como si llegara el tiempo de “bajar la guardia”.

Hoy me he detenido especialmente en el evangelio de la “luz y la sal”. Curioso: ser luz y ser sal es cuestión de vocación...para siempre. No se trata de acudir al condimento ni a la claridad cegadora para casos puntuales...Lo que puede parecer ocasional es el “para siempre”...

Se trata de poner en ejercicio valores que nunca son de “quita y pon" ni aptos sólo para determinados momentos o días.

La sal y la luz son como los coeficientes que nunca dejan de influir en la operación de toda la vida...de toda la vida del Antiguo Alumno.

Los valores, enriquecidos por el ritmo y el acento del Mayo de María Auxiliadora, tendrán que seguir como diástole y sístole perennes a lo largo del año, espacio y hora donde hacer presentes los elementos esenciales del carisma de Don Bosco.

Es lo distintivo que nos aúna a los Antiguos Alumnos. Al colegio se vuelve no sólo para recordar, aún siendo importante. Esencialmente se vuelve para “desempolvar” elementos que dotan nuestra propia vida de valor y de referencias que precisan mejoras y hasta reparaciones...Porque la luz puede bajar en intensidad por desgaste de la lámpara y porque la sal anda un tanto “sosa” y envejecida por la comodidad o el abandono...

BUENOS DÍAS, BUENAS TARDES, BUENAS NOCHES NOS DE DIOS

José Manuel Pozas Murcia, SDB. Consiliario

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