SALUDO DEL DIRECTOR

Estimado amigo:

No se habla de lo potente de nuestro interior y búsqueda personal

La alegría que experimentan unos padres primerizos ante su criatura, mezclado con los miedos e inseguridades llevados con amor, provocan que esas experiencias se alojen en un peldaño de mayor profundidad en sus vidas.

Esta alegría interior es más difícil de borrar y se multiplica con cada éxito y pequeños logros que el recién nacido va consiguiendo y de los cuales, esos padres alimentan y condensan.

En el fondo, esas vidas en su conjunto se van transformando, van madurando. Así es la vida y así se van generando nuestras experiencias más hondas y serias. A base de ilusión, miedos, inseguridades, alegrías, éxitos y fracasos.

La alegría como antídoto ante tanto virus pesimista flotante.


En nuestra sociedad actual, a muchos de los que no conocemos sus nombres, personas con capacidad de influir en la Sociedad, les interesa que triunfe el pesimismo, la tristeza y la inseguridad. Estas emociones suelen desembocar en un mejor control de las personas y los grupos y por supuesto en un mayor consumismo.

Nuestros niños, adolescentes y jóvenes no lo tienen fácil.

En un mundo como el nuestro necesitan ver en nosotros que hemos alcanzado esa alegría interior y que por encima de los problemas que cada uno tiene, triunfa y se nota que estamos en el buen camino: el de la maduración, la responsabilidad, el amor.

Dejemos atrás tristezas, pesimismos estériles y abordemos la lucha cotidiana desde la alegría profunda que nos da el sabernos vivos y rodeados de tanto como vemos, sentimos y tenemos.

Marco A. Vázquez Fernández, SDB Director


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