Siempre he pensado que de las mayores vicisitudes se pueden sacar grandes enseñanzas si uno analiza lo sucedido.
En concreto, en el tema de la pandemia, deberíamos haber aprendido que son los expertos sanitarios, y no los políticos, quienes deben establecer la ruta a seguir para mitigar sus consecuencias.
En otros países la voz cantante la han llevado los sanitarios y han conseguido reducir el número de muertes y afectados. No me cabe la menor duda que en nuestro país existen excelentes profesionales que de haber sido escuchados otro gallo nos hubiera cantado.
También nos hemos dado cuenta de la fragilidad de nuestra economía, sustentada en su mayor parte por pequeños empresarios y pymes, muchos de ellos, salvo milagro tendrán que cerrar sus negocios de años porque las ayudas han llegado tarde y son muy insuficientes, mientras se permite que una multinacional como Airbus vaya a cerrar su planta de Puerto Real dejando sin su sustento a un buen número de trabajadores tanto de empleo directo como indirecto de un buen número de pymes. Cuando han recibido sustanciosas subvenciones tanto a nivel estatal como autonómico.
También hemos aprendido que hay mucha gente buena que ha puesto su talento al servicio de los demás. Personas que de forma personal o mediante la colaboración con ONG o asociaciones de la iglesia han paliado las necesidades básicas de los más desfavorecidos. Campañas solidarias que en contra de lo esperado han sido mucho más productivas que en años anteriores y en nuestra casa tenemos el ejemplo de la Operación Kilo.
En otro orden de cosas quisiera aprovechar estas líneas para agradecer a un buen número de socios que pese a que se estableció que el cobro del primer trimestre no se iba a realizar han solicitado que se les pase el recibo correspondiente.
Hemos aprovechado estos meses de parón para, gracias a la colaboración del colegio, algunos miembros de la Junta y de personas afines a nuestra Asociación tapizar las sillas, pintar las paredes, redistribuir y modificar el mobiliario, se han cambiado las cortinas e intentar conseguir un espacio más agradable para el desarrollo de nuestras actividades, todo ello por, en la mayor parte por el coste de los materiales. Pretendemos que para después de Semana Santa podamos abrir la Asociación en su horario normal de 18,30 a 20 horas y que poco a poco, con las medidas sanitarias exigidas y siempre que el bicho lo permita ir reanudado nuestra actividad.
Un abrazo.
Juan Juliá Bayón. Presidente
1 comentario:
Gracias presidente, y ojalá se cumplan tus previones
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